Trabajar con arcilla ha sido un viaje de descubrimiento, donde cada pieza cuenta su propia historia a través de las imperfecciones naturales y las formas orgánicas que emergen del proceso creativo.
Mi práctica cerámica se enfoca en alfarería funcional que celebra la belleza de los objetos hechos a mano. Cada vasija es creada en el torno de alfarero o construida a mano, luego cuidadosamente esmaltada para realzar el carácter natural de la arcilla.
El trabajo se inspira en las variaciones sutiles encontradas en la naturaleza—la forma en que la luz cae sobre la piedra desgastada, la textura de la corteza del árbol, o las curvas suaves de las rocas del río pulidas por el tiempo.